20 noviembre 2010

ROSQUILLAS DE LA ABUELA DOLORES


  Hoy vengo con una receta muy especial. Son las rosquillas de mi abuela Dolores, pero como ella ya no puede ayudarme a hacerlas ayer conté con pinche muy especial. Mi abuelo Dimas, con 91 años.
  
Mi abuelo Dimas tiene 91 años y come mas que cualquiera de nosotros. Él siempre dice que ya pasó mucho hambre cuando tenía que pasarla. Mi abuelo no deja sobras en la mesa "por lo que pueda pasar mañana". El siempre recuerda que una noche, en la guerra, no quiso las lentejas y después estuvo una semana sin poder comer nada. Nunca mas ha dejado nada en el plato. Mmmmm....Creo que me estoy enrollando. 
 
   Cuándo mi abuela hacía rosquillas siempre estaba él al lado para ayudarla. Batía los huevos, amasaba, lo que ella le pidiera. Era muy bonito verles hacer las rosquillas juntos. Desde que ella murió no hemos conseguido que nos queden exactamente igual. Quedan muy ricas, pero no es lo mismo. Faltarán en los ingredientes sus manos extrasuaves o su ojo que todo lo veía a la hora de hacerlas. Ahora mi abuelo nos ayuda, bueno mas bien nos protesta: "Ella no echaba tanto anís en grano" "Ella amasaba así, aplastando con las muñecas". Pero protesta con mucho cariño. Y se emociona cuando las hacemos. Es un momento muy especial en mi familia. Espero que os gusten.

Lista de la compra
  • 3 huevos
  • Aceite
  • Cascara de naranja
  • Algo mas de 500 gms de harina
  • Anís en grano
  • Anís
  • 1 bolsa de levadura Royal
  • 6 cucharadas grandes de azúcar 
  • 1 pizca de bicarbonato
   Con las manos en la masa
   
    Tenemos que tener mucha paciencia para que queden esponjosas y no se queden duras. Así que de lo primero que os voy a advertir es que hay que batir mucho, muchísimo. 

   Batimos los tres huevos hasta que queden muy bien batidos, cuando llevábamos 5 minutos batiendo el abuelo insistía en seguir batiendo.... Y vamos añadiendo y batiendo el azúcar. Pero poco a poco. De cucharada en cucharada. 1 cucharada y batimos. Otra y batimos. Otra... 

  Mientras tanto ponemos a calentar el aceite. Lo pondremos en un cazo mas o menos estrechito, pero muy alto, para que al echar las rosquillas "bailen". Lo llenamos casi hasta arriba (teniendo en cuenta que luego hay que echar las rosquillas, no se os vaya a desbordar). Cuando esté caliente echamos la cáscara de naranja, para escaldar el aceite. Cuando el aceite esté escaldado sacamos la cáscara y apagamos el fuego.

  A lo que llevamos batido le añadimos el anís en grano (bastante anís en grano) y la pizca de bicarbonato. Seguimos batiendo. Añadimos dos cucharadas del aceite escaldado, pero cuando ya no esté muy caliente.  Añadimos un chorro de anís (yo le puse como media copa). Seguimos batiendo y le echamos la levadura (tamizándola para que no se hagan grumos). Cuando esté muy batido empezamos a echar harina. Pero poco a poco, también de cucharada en cucharada, tamizandola. Batiendo,moviendo todo el rato. Llegará un momento en el que no podremos seguir batiendo, asi que lo sacamos del bol y vamos amasando añadiendo harina poco a poco. Para que no se pegue a las manos nos las untamos de aceite caliente (sin pasarnos, no nos vayamos a quemar). 

  Amasamos mucho mucho. Hasta que la masa no se pegue ni a las manos ni a la encimera. Cuando ya no se pegue la colocamos sobre un plato caliente y tapamos con un trapo también caliente. Dejamos reposar 15 minutos. 

  Vamos haciendo bolitas con la masa. Como de 2cm de diámetro mas o menos. Y colocamos una bolita encima de otra, aplastamos un poco y hacemos un agujero en el centro. Agrandamos el agujero dándola vueltas con los dedos y al cazo con el aceite previamente calentado otra vez. 

  En el aceite no podemos dejar mucho tiempo las rosquillas ni meter muchas a la vez. Tres como mucho. En cuanto cojan un color doradito las sacamos.  

  Para terminar es imprescindible tomarte una copita de anís probando una rosquilla y compartiendo ese momento con tu gente. Es muy importante para que queden ricas....



  Lleva mucho trabajo y son engorrosas, pero merecen mucho la pena. Nosotros ayer pasamos una tarde muy divertida. Y ahora tenemos un buen montón de rosquillas deliciosas. 

12 comentarios:

  1. Pues son más que especiales entonces estas rosquillas, que ternura tu ayudante de cocina.
    besos
    Gaby

    ResponderEliminar
  2. Son riquísimas. Y la historia preciosa.
    Un beso

    ResponderEliminar
  3. lcasanueva57@gmail.comsábado, 20 noviembre, 2010

    si actualizas taaan rapidonome da tiempo a cocinarlo

    ResponderEliminar
  4. Que historia :), siempre guardamos platos con recuerdos especiales gracias a la historia que esconden :)!!
    Las rosquillas se ven deliciosas!!

    Un besin

    ResponderEliminar
  5. ¡Deliciosas! y la historia preciosa.
    saludos (dadá flavors)

    ResponderEliminar
  6. No conocia esta forma de hacer la masa de rosquillas pero me la apunto y mas viniendo de donde viene (abuel@s). Gracias por tu visita a mi blog
    Bss

    ResponderEliminar
  7. ¡¡Que ricas, claro!!!, con ayudante de lujo...., disfruta cuanto puedas de esa compañía que yo echo mucho de menos. Gracias por el relato y receta que nunca deben perderse

    ResponderEliminar
  8. Muchas gracias a todas por los comentarios!!! Se los he leido al Abuelo y le han encantado. Pero me ha echado la bronca por contar que tiene 91 años y me ha dicho que ponga una foto, para que veais lo bien que está. Es asi de presumido, y yo no me resisto a sus caprichos. Que le vamos a hacer.
    Gracias por leermnos!!! Besos

    ResponderEliminar
  9. Que bonita historia! Dile a tu abuelo que se le vé genial para tener 91 años! jejeje
    Un saludo!

    ResponderEliminar
  10. Por supuesto nosotros nos quedamos aquí también. Gracias por hacernos descubrir tu cocina.

    Que suerte tienes de poder cocinar con tu abuelo, disfrutalo mucho... con esas rosquillas y un chocolate.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  11. Vistosa al primer impacto. Ingredientes combinables 100%.Me parece una recta muy tentadora, original y rica a rabiar.
    Que no se pierdan estar recetas tradicionales.

    Besos.

    ResponderEliminar
  12. Que historia más bonita la que nos cuentas con estas rosquillas, me ha recordado mucho tambien a mis abuelos.
    Tendremos que enredarnos y probarlas porque bien merecen la pena.
    Besos

    ResponderEliminar